domingo, 4 de marzo de 2012

Se apaga la luz de la última española "Justa entre las Naciones"

El diplomático español José María Ruiz Santaella y su esposa, Carmen Schrader de Ruíz, fueron distinguidos con una medalla por su labor humanitaria en favor de los judíos en Berlín durante la persecución nazi.

(Efe).- El pasado 27 de febrero se apagó en Córdoba la luz de Carmen Schrader, la última española -aunque alemana de nacimiento- que quedaba en vida con el reconocimiento de "Justa entre las Naciones" por dar cobijo y esconder en su casa a tres judías en el Berlín de la Segunda Guerra Mundial.

A los seis días de su fallecimiento, sus hijas Magdalena, María Teresa, María Victoria y Margarita reciben a Efe en un salón plagado de recuerdos de ella y de su marido, el cordobés José Ruiz, fallecido en 1997. Fotos en blanco y negro muestran un pellizco de la historia de este matrimonio, reconocido en 1989 como "Justo entre las Naciones" por la institución israelí Yad Vashem.

Aparte de ellos, solo otro español -el diplomático Ángel Sanz- ha ostentado esta mención que se hace tangible en el Jardín de los Justos de Israel, donde dos olivos y sus nombres inscritos en un muro de honor sirven para rendirles homenaje. Las hermanas Ruiz relatan cómo el destino y "un flechazo" amoroso quiso que su madre -cuyo nombre de pila era Waltraud- conociese a José Ruiz en 1934 en la Universidad de Halle.

Desde ese momento, comenzó una historia de amor y una vida en común entre dos personas que procedían de diferentes culturas y religiones. Ello hizo que Waltraud -de confesión protestante- cambiase su nombre por el de Carmen como símbolo de acogimiento a la fe católica.

El siguiente paso fue casarse en Alemania pero, para poder unirse en matrimonio, José tuvo que pedir un certificado a su parroquia de Baena (Córdoba) en el que se asegurase que no tenía sangre judía. Ambos se vinieron a España en 1936, pasaron la Guerra Civil en Valladolid y, posteriormente, en 1942, decidieron regresar a Alemania, en plena Guerra Mundial, para que José cubriese una plaza de agregado agrícola en la embajada española en Berlín.

Con una vida cercana a la de la diplomacia, el matrimonio y sus tres hijos fueron acomodados en una casa de Diedesdorf, a 70 kilómetros de Berlín, en la que ya tenían escondida a Gertrud Neuman, una judía que trabajaba en la residencia como costurera. Al llegar, Carmen sintió la necesidad de contar con una niñera y fue Neuman quien le habló de Ruth, una judía hija de un famoso doctor.

El vestíbulo de un hotel berlinés sirvió para que José hablase con Ruth, que acudió a la cita con la Estrella de David amarilla arrancada de su abrigo para no ser descubierta por las SS. Al poco tiempo, la familia contrató a la madre de Ruth como cocinera, aunque el miedo a ser descubiertas, dado que en el personal de la casa había algún simpatizante del nazismo, les impedía tratarse como madre e hija.

Con estas tres judías escondidas y ocultadas bajo identidades falsas dentro del corazón de la Alemania nazi, Carmen y José tuvieron que marcharse a Berna (Suiza) a finales de 1944 por recomendación de la embajada. El testimonio de Ruth, años después de acabar la contienda, sirvió para que el matrimonio Ruiz-Schrader figurase entre los nombres de los más de 21.000 "Justos entre las Naciones". Ruth vive actualmente en Estados Unidos, tiene 90 años y una gran vitalidad, como pudo comprobarlo Margarita, que se reencontró con ella recientemente en Berlín tras más de 60 años sin verse. Para ellas, es una más de la familia y por eso no dudan en llamarla "tita Ruth".

A los pocos días de su fallecimiento, sus hijos muestran el orgullo hacia unos padres que arriesgaron su vida por salvar la de los judíos perseguidos por el nazismo. Con 99 años, Carmen Schrader duerme ya el sueño de los justos junto a su marido en el cementerio de Baena.
Las cuatro hijas de Carmen Schrader muestran fotos de su madre y del galardón que le otorgó el memorial Yad Vashem de Jerusalén

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